Madrid, 6 de abril de 2021

“Protocolo y eventos en la comunicación política, institucional y empresarial” fue el tema de debate que centró la jornada XXII que celebró hoy martes el Observatorio Profesional de Protocolo y Eventos (OPPE). Fue, tal vez, la sesión en las que más intervenciones se produjeron, lo que demostró que la temática resultaba de máximo interés y de rabiosa actualidad. “Los de comunicación nos están comiendo la tostada a los de protocolo”, manifestaban algunos de los asistentes. Otros, con más contundencia, afirmaban: “Comunicación siempre quiere imponer su criterio”. Aunque también fueron muchos los que no compartían este criterio argumentando que ambos gabinetes “deben trabajar ineludiblemente de la mano” y hasta quienes se preguntaban si los profesionales de protocolo necesitaban reciclar en cuanto a su forma de trabajar en unos tiempos que imponen nuevas exigencias en la organización de eventos.

El debate, de máximo interés, no dejó indiferente a nadie, y se pudieron oír expresiones como las siguientes: “Los gabinetes de comunicación tienen hoy en día mucho más poder”; “los de protocolo nos estamos dejando pisar los talones”; “en los partidos políticos nadie lleva protocolo; ellos tiran de gente de comunicación”; “estoy harto de que me hablen del ‘tiro de cámara’ y de que tenemos que flexibilizar el protocolo”, y hasta se escuchó esta queja: “Nunca cuentan con nosotros para la toma de decisiones y somos meros ejecutores de quienes nos mandan”. Aunque respecto a esto hubo quien argumentó que el personal de protocolo “tiene un perfil técnico y no debe tomar decisiones políticas”.

Otros participantes mostraron visiones muy distintas y no se mostraron en absoluto de acuerdo manifestando que la comunicación y el protocolo se complementan y retroalimentan, muy lejos de considerarlas enemigas. “Más bien, todo lo contrario”.

Realmente, se trata de un antiguo debate que hoy en día toma más relevancia por las nuevas necesidades comunicacionales de las instituciones. Unos opinaban que estas entidades hoy en día “son auténticas máquinas de transmitir mensajes y por eso puede parecer que la comunicación tiene más importancia”. Pero eso no impedía que otros muchos, asumiendo esta realidad, consideraran que cada departamento tenía sus funciones muy claras y definidas negando malas relaciones entre los conceptos de comunicación y los de protocolo. “Puede haber enfrentamientos entre sus profesionales, pero no encontronazos entre ambas disciplinas”.

Causaron mucho debate las críticas (hechas con muchos matices, por supuesto) contra el citado ‘tiro de cámara’. De hecho, hubo quien dijo: “Yo quiero un buen ‘tiro de cámara’ para mi acto, es algo que me preocupa y me interesa mucho”. Y hasta quienes aseguraron que tal vez los profesionales de protocolo “estamos muy encerrados en nosotros mismos sin abrirnos a los demás, algo que si hacen los de comunicación”.

No fueron ajenas a este debate las redes sociales, que han establecido nuevos sistemas de comunicación, ni la gran crisis que atraviesan los medios de comunicación tradicionales, “lo que provoca que las instituciones fomenten mucho más sus canales de información para lanzar sus propios mensajes”. Pero, tal y como declararon muchos de los asistentes a la Jornada, “esto no significa, ni mucho menos, que la relación con los gabinetes de comunicación sean malas; sencillamente, puede que necesiten más medios”.

También hubo espacio para poner en valor el problema de la eventualidad profesional que padecen muchos profesionales. “Éste es uno de los grandes problemas”, una afirmación que contó con el beneplácito general, hasta el punto de apelar a que tanto el Observatorio como las asociaciones hicieran un llamamiento a la defensa de la profesionalidad en el sector.

En fin, ‘Comunicación versus Protocolo’, pese a quedar claro que la inmensa mayoría consideró que ambas deben ir de la mano sin imponerse nunca la una sobre la otra; al contrario: “Son el complemento perfecto”.